Cuando se trata de cambiar el tipo de combustible que alimenta las instalaciones térmicas de un edificio, las empresas de servicios energéticos deben tener en cuenta las características y consumos de cada instalación antes de decantarse por una opción u otra. En el caso de Remica, la biomasa es una de las opciones que ofrece a sus usuarios.
De hecho, Remica ha llevado a cabo la mayor instalación de biomasa en un edificio residencial de Albacete, gracias a la cual se proporciona calefacción y agua caliente a una comunidad de más de setenta viviendas. En este proyecto, las dos viejas calderas de gasoil fueron sustituidas por dos calderas de biomasa, con lo que se ha logrado tanto un ahorro en el gasto de combustible como una reducción en las emisiones de dióxido de carbono.
En cuanto al tipo de combustible de biomasa por el que es bueno optar, expertos de Remica consideran necesario decantarse por un tipo de biomasa de carácter local (en el caso de España los combustibles más utilizados son la astilla, el pellet y el hueso de aceituna), cuyo suministro esté garantizado.
Posteriormente, hay que tener en cuenta que las calderas de biomasa funcionarán desde su puesta en marcha con un combustible determinado. Aunque algunos equipos permiten el cambio de un combustible a otro (por ejemplo, de pellet a hueso de aceituna) este cambio no se puede llevar a cabo sin más, sino que es necesario que previamente se realicen los ajustes técnicos necesarios.
En cuanto al mantenimiento y funcionamiento de la sala de calderas de biomasa, Remica cuenta con un servicio de telegestión que monitoriza en todo momento el correcto funcionamiento de las calderas de biomasa, lo que permite a los técnicos de Remica conocer en tiempo real los datos de rendimientos, recibir alarmas y modificar horarios y temperaturas.
