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Energía eficiente y renovable

jueves, 18 de abril de 2013

Pros y contras de la extracción de gas no convencional

Empieza a ser común leer y escuchar noticias sobre las posibilidades del gas no convencional o “Shale gas”, así como los argumentos a favor y en contra de su extracción a través del fracking o fracturación hidráulica.

En Estados Unidos, el aprovechamiento de las reservas propias de gas no convencional, está permitiendo al país avanzar hacia la independencia energética, algo de gran importancia para su economía teniendo en cuenta que es el segundo consumidor mundial de gas natural.

Aunque en España aún se está perfilando el cómo llevar a cabo esta práctica, lo cierto es que su repercusión tendría aspectos positivos, especialmente en lo referente a la reducción de nuestra dependencia energética del exterior. Pese a ello, la opinión pública tiene una impresión bastante negativa de la misma y ya son varias las Comunidades Autónomas que se han pronunciado en contra, viendo en el fracking un notable riesgo para la salud y para el medio ambiente.

La técnica del fracking consiste en la perforación en horizontal del subsuelo inyectando agua, arena y químicos a alta presión en pozos de entre 2 y 6 kilómetros de profundidad para fracturar la roca y liberar el gas que contiene.

El problema es que, para aumentar su poder corrosivo, los químicos con los que ha sido tratada el agua, pueden contaminar los acuíferos y la violencia de la fractura hidráulica aumenta los riesgos de actividad sísmica. Además, también está el peligro de que se produzcan escapes de metano, un gas veinte veces más potente que el dióxido de carbono en su contribución al cambio climático.

Precisamente sobre este tema se ha pronunciado El Consejo Superior de Colegios de Ingenieros de Minas de España, que ha presentado un informe en el que los profesionales defienden esta técnica, asegurando que la extracción representa una oportunidad para el país y que los daños se pueden evitar con una mayor regulación y con responsabilidad por parte de las empresas.

El documento constata que en España los recursos potenciales de gas natural no convencional cubrirían durante 39 años la actual demanda de gas del país, y afirma que en un modelo energético bajo en emisiones de CO2, el gas natural está llamado tener protagonismo al ser menos contaminante que el carbón y el que el petróleo.

El informe ha sido presentado por el catedrático de Ingeniería Química y Combustibles de la Universidad Politécnica de Madrid, Ángel Cámara, quien ha afirmado en una entrevista que «La polémica por esta técnica de extracción de gas no convencional es comprensible, pero en buena medida se debe al desconocimiento»

“Con la tecnología y los controles adecuados, (…) tiene un riesgo similar a cualquier otra industria extractiva o transformadora”, aporta el catedrático Fernando Pendás, coautor del informe.

Por el contrario a este informe, encontramos la “Declaración europea contra el fracking” presentada por diversas organizaciones ecologistas. Ecologistas en Acción, firmante de este manifiesto, niega que el gas de esquisto pueda ser considerada una energía de transición hacia las energía limpias, a parte de todos los riesgos que conlleva.

La declaración critica asimismo la falta de transparencia y participación ciudadana en todas las decisiones relativas a la exploración y explotación del gas no convencional.

lunes, 1 de abril de 2013

LA UE quiere objetivos "Verdes" obligatorios para 2030

La Comisión Europea (CE) ha anunciado la apertura de una consulta pública con el objetivo de recabar ideas para que los Estados miembro asuman metas para 2030 en materia energética y de reducción de las emisiones de dióxido de carbono (CO2).

La consulta, que está abierta hasta el 2 de julio, es un primer paso con el que el Ejecutivo europeo espera poder presentar a finales de año propuestas legislativas para un nuevo marco estratégico sobre clima y energía en 2030.

El objetivo es que la iniciativa esté lista para ser negociada en el segundo semestre de 2014, una vez que pasen las elecciones europeas y haya una nueva Eurocámara para tener los objetivos aprobados ese mismo año o en 2015 "a más tardar", dijo el comisario europeo de Energía, Günther Oettinger, en una rueda de prensa.

Un punto medio en el objetivo general que se ha marcado la Unión Europea con esta iniciativa es el de reducir las emisiones de CO2 entre un 80 % y un 95 % en 2050.

La Comisión Europea no ha querido adelantar si baraja una cifra para el nuevo objetivo, pero la comisaria de Acción por el Clima, Connie Heedegard, indicó que los análisis que maneja la institución apuntan a que una reducción del 40 % de las emisiones de CO2 para 2030 sería lo más eficiente en relación a los costes.

Esto supondría doblar el objetivo establecido para 2020, el 20 %, que los Veintisiete esperan cumplir sin problemas, según Oettinger.

El comisario señaló que es necesario establecer también nuevas metas vinculantes para 2030 en los otros dos aspectos que se consideraron en 2020: las energías renovables y la eficiencia energética. Hedegaard defendió la necesidad de establecer una estrategia que oriente a los Veintisiete en sus esfuerzos, especialmente en el contexto de crisis económica, a la vez que dé seguridad a los inversores en el sector energético.

Más información:
www.efeverde.com