Como cada año, desde 1973, hoy 5 de
junio se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente. Este día, establecido por
la Asamblea General de Naciones Unidas, pretende sensibilizar a la opinión
mundial sobre temas ambientales, así como conseguir acciones que ayuden a
proteger nuestro entorno.
Según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura) cada año se desperdician 1,3 billones de toneladas de comida. Esta cifra
equivale a la producción alimentaria de todo el África Subsahariana. Al mismo
tiempo, una de cada siete personas del planeta se va a la cama hambrienta y más
de 20.000 niños de menos de 5 años mueren de hambre cada día.
Además del desequilibrio humanitario
que todo esto supone, también implica efectos devastadores para el medio
ambiente, por eso el lema de este año “Come, piensa, ahorra. Reduce tu impacto”
pretende concienciarnos de las consecuencias de nuestras decisiones a nivel
alimentario, porque si desperdiciamos comida, significa que todos los recursos
empleados para producirla también están siendo desperdiciados.
FAO estima que un tercio de la
producción alimentaria para ofrecer recursos a los 7 billones de habitantes que
tiene el planeta, se pierde o es desechada, algo altamente perjudicial para las
fuentes naturales de recursos y que genera consecuencias negativas en el medio
que nos rodea.
La producción global de alimentos
ocupa un 25% de la superficie habitable, un 70% de consumo de agua, un 80% de
deforestación y un 30% de gases. Es, por tanto, uno de las actividades que más
afectan a la pérdida de biodiversidad y a los cambios en el uso del suelo.